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La moda incomoda la salud

¿La moda te incomoda?
Cuida tu ropa, calzado y bolsas 


Elige las prendas que más se acomoden a tu cuerpo y a tu salud.

Vestir a la moda no tiene por qué repercutir en tu respiración, resentir tu circulación sanguínea ni causarte problemas digestivos o perjudicar alguno de tus órganos o tu equilibrio corporal. Medidas para disfrutar la indumentaria sin perjudicar la salud.

“Fashion victim”

Tacones demasiado altos y finos, pantalones muy estrechos, ropa interior sintética, bolsos excesivamente pesados... Estos y otros elementos y complementos de la indumentaria cotidiana no sólo contradicen el eslogan de que “la moda no incomoda” sino que sugieren que a veces la moda incluso perjudica la salud.

El término anglosajón “fashion victim” (víctima de la moda) suele asociarse con trastornos de la alimentación, la imagen y el peso corporal como la bulimia o la anorexia, o bien con desórdenes psicológicos como el consumo o la compra compulsivos, o la obsesión por un “cuerpo de pasarela”.

La moda que "incomoda"

Sin llegar a esos extremos patológicos, existen muchos hábitos o formas de vestir que pueden resultar nocivos, y que suelen pasar inadvertidos porque sus daños se manifiestan a largo plazo.

Mas detalles

Para evitar que los zapatos, pantalones, camisas y vestidos que hoy adquieres en la tienda, no te conduzcan mañana a la consulta del médico, y para que la vestimenta te resulte cómoda y se adapte a tu cuerpo, postura y movimientos, los especialistas aconsejan seguir la reglas básicas de la indumentaria sana:

¡Ojo con el bolso! Un objeto tan habitual y de uso cotidiano como el bolso suelen usarse de manera inadecuada, perjudicando la salud: los que tiene un peso excesivo pueden producir trastornos de los tendones en los hombros, y en las chicas más jóvenes que están en período de crecimiento, puede favorecer la desviación de la columna vertebral.

Pruébate lo que compras. Jamás mires la talla de una prenda y des por hecho que te será cómoda porque es la que siempre utilizas. Incluso en ropa de la misma marca las medidas pueden variar de una temporada a otra, y lo que antes te iba bien ahora puede apretarte. 

También conviene poner a prueba el sujetador, levantando los brazos, moviendo las gomas de sujeción y comprobado que no dejan marca ni se clavan los aros, no se aplasten lo senos y los pechos se mantienen en su posición ideal.

Al adquirir zapatos, pruébate ambos y cerciórate de que puedes mover bien los dedos, en lugar de seguir consejos del tipo “el zapatero los pone en la horma y después los agranda”. Si no funcionan bien en la tienda, tampoco lo harán en la calle.


Calzado: Elige más cómodo. Lo ideal son tacones de unos dos centímetros de altura, para que el pie tenga un poco de pendiente facilitando la marcha, mientras los más altos –que no deben superar el límite de los cinco centímetros- deben reservarse sólo para ocasiones en que no sea necesario caminar más de media hora seguida.

Conviene descartar los zapatos muy estrechos y de punta que a la larga causan callos, juanetes y durezas en el pie, y elegir los de hormas anchas, que evitan las deformidades en los huesos. Las sandalias deben sujetar bien el pie, con hebillas, cordones o tiras que lo abracen con seguridad. 


Ropa: mejor holgada que ajustada. Los pantalones y otras prendas demasiado ceñidos al cuerpo, dificultan la circulación de la sangre por el organismo y las extremidades, favoreciendo que aparezcan celulitis, edemas y trastornos venosos, y se agraven las inflamaciones de los folículos de a piel. 

También puede interferir con los procesos digestivos, si oprimen la región abdominal. Por eso, en lugar de “ceñirte” a rajatabla a los dictados de la moda, es preferible optar por las prendas más holgadas que permitan los movimientos libres del cuerpo. Cada vez que observes que la prenda que has utilizado te ha dejado una marca, significa que en esa zona se ha producido una acumulación extra de líquidos, lo que es una señal de advertencia de que la indumentaria ajusta demasiado.

Tejidos: mejor si son naturales. Siempre que puedas opta por los linos, algodones, yute o sedas, que son mas cómodos y sanos que las fibras sintéticas, al permitir que la piel respire mejor y producir menos reacciones alérgicas. También conviene lavar la ropa nueva antes de utilizarla, para eliminar los residuos de aprestos, perfumes y tintes que causan irritaciones.

Y desconfía si el vendedor le dice que una prenda sintética cederá con el uso, porque salvo el algodón, los demás tejidos no aumentan su holgura, es decir “no dan de sí”.
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